La alegoría de la Caverna

¿Qué es la Alegoría de la Caverna?

La alegoría de la caverna de Platón es uno de los grandes relatos de

La alegoría de la caverna

la filosofía. Nos permite entender cómo el filósofo griego percibía el mundo en la antigüedad.

El relato supone una explicación metafórica, en la que el ser humano se enfrenta al conocimiento, del antiguo filósofo griego Platón.

En su teoría, Platón explica cómo se puede captar la existencia de los dos mundos, a saber, el mundo sensible (que es el que se conoce a través de los sentidos) y el mundo inteligible (que se percibe a través del conocimiento sin la intervención de los sentidos).

La alegoría de la caverna de Platón

En la alegoría de la caverna, Platón describe a un grupo de hombres que permanecen encadenados en las profundidades de una caverna desde su nacimiento; su condición es tal que sólo pueden mirar hacia la pared que tienen delante, ya que están encadenados y no pueden moverse.

Justo detrás de los prisioneros, a cierta distancia y por encima de sus cabezas, una hoguera ilumina la pared. En el centro, hay un pasillo por el que circulan hombres con diversos objetos que, gracias a la iluminación de la hoguera, proyectan sus sombras para que los prisioneros puedan ver.

Los prisioneros consideran que las sombras de los objetos que se proyectan son reales ya que no saben nada de lo que ocurre a sus espaldas. Sin embargo, si uno de los hombres se liberara de las cadenas y mirara hacia atrás, sólo se sentiría confundido y molesto por la realidad.

La luz del fuego le haría apartar la mirada, y las figuras borrosas que podría ver le parecerían menos reales que las sombras que ha visto toda su vida.

Del mismo modo, si alguien le obligara a caminar en dirección al fuego y a pasar por delante de él hasta salir de la cueva, la luz del sol le resultaría más molesta y querría volver a la zona oscura.

La alegoría termina, sin embargo, con el prisionero entrando de nuevo en la cueva para «liberar» a sus antiguos compañeros encadenados, provocando así la risa. El chiste sería que esto demostraría que su vista se ha visto afectada por su paso de la luz del sol a la oscuridad de la cueva.

Cuando este prisionero intenta desatar y elevar a sus antiguos compañeros hacia la luz, Platón los cree capaces de matarlo; está seguro de que, efectivamente, le quitarían la vida si tuvieran la oportunidad.

Toda esta historia es una alusión al esfuerzo de Sócrates por ayudar a los hombres a alcanzar la verdad y a su fracaso al hacerlo, para ser condenado él mismo a la muerte.

La alegoría de la caverna hoy

El Platonismo filosofia foto

El relato reúne una serie de temas filosóficos muy comunes, a saber, la existencia de una verdad que existe independientemente de las opiniones de los individuos; la presencia de constantes engaños que nos alejan de la verdad; y el cambio cualitativo necesario para acceder a la verdad.

Varios escenarios son fácilmente comparables con estas ideas; un gran ejemplo es la información que se comparte hoy en día a través de los medios de comunicación del mundo, incluyendo las redes sociales y el resto de Internet.

Si comparamos esto mediante las etapas de la alegoría de Platón, obtendremos un análisis más detallado de la relación de la historia con el presente.

En primer lugar, está el engaño, que plantea que la realidad que proporcionan estas fuentes de información son meras sombras o migas de pan del mensaje que se pretende o de la verdad real; es decir, la población en general consume la información sin siquiera cuestionarla.

Una de las explicaciones de por qué el engaño tiene un impacto tan profundo en la vida humana es que, para Platón, está compuesto por lo que parece ser un punto de vista obviamente superficial. Si no tenemos motivos para cuestionar algo, no lo hacemos, y por tanto su falsedad prevalece.

Pocos consiguen acceder a la segunda etapa, la liberación, que se consigue mediante el cuestionamiento, la investigación y el estudio.

La liberación implica analizar objetivamente hasta qué punto se tambalean las propias creencias, lo que por supuesto produce incertidumbre y ansiedad. Sin embargo, para superar este estado es necesario seguir avanzando y descubriendo nuevos conocimientos.

La aceptación puede considerarse la etapa más complicada, ya que implica dejar de lado las creencias anteriores. Esto es difícil de aceptar, pero una vez conseguido, no hay vuelta atrás.

Platón tuvo en cuenta el modo en que nuestras condiciones pasadas influyen en el modo en que experimentamos el presente, y por eso asumió que un cambio radical en nuestra comprensión de las cosas tenía que ir necesariamente acompañado de incomodidad.

La última etapa para llegar a la verdad implica el «retorno», que es la culminación del proceso de aprendizaje entre las distintas realidades. Consiste en la difusión de ideas novedosas, cuya suma puede generar confusión, desprecio u odio por tener la temeridad de cuestionar los dogmas básicos que estructuran la sociedad.

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

Shares