Resumen de la Biografia de Éfeso

¿Dónde nació Éfeso?

Nació en Éfeso, ciudad cercana a Mileto, y quizá absorbió de los primeros pensadores una filosofía más concreta (vs. abstracta), unida a la observación de una realidad cambiante. Escribió con sentencias breves y metafóricas, enigmáticas, por lo que a veces es difícil de interpretar.

Su Filosofía

El punto de partida de su filosofía es la existencia del cambio en la Naturaleza captado como evidente por nuestros sentidos. A él corresponde el famoso “panta rei”, todo fluye, y la famosa sentencia “No te podrás bañar dos veces en el mismo río” (o “En los mismos ríos entramos y no entramos, somos y no somos”). Se afirma, pues, la movilidad universal.

Ahora bien, que todo cambie no implica que esos cambios ocurran al azar o que no tengan sentido. Heráclito piensa que siguen un orden o una necesidad interna, no captable por los sentidos, pero sí por la razón (logos).

Existe, pues, por debajo de los cambios físicos una ley que los rige y explica: la lucha entre elementos contrarios. Es decir, para Heráclito la realidad está compuesta de fuerzas indestructibles de sentido contrario, que se oponen necesariamente, y que al no poder anularse, generan una lucha eterna. “La guerra es el padre de todos los dioses y de todos los hombres…”, dirá Heráclito. Y esta guerra interior a la realidad es la que explica los cambios que vemos en la superficie.

Logos

El logos descubre una armonía oculta, pero tensa, resultado del equilibrio dinámico de fuerzas opuestas, como en el arco o la lira.

Para concluir su reflexión nuestro filósofo va más allá y sostiene que por debajo de los contrarios existe una unidad más profunda, que los contrarios son uno… sin dejar de ser dos. El arco es uno, las fuerzas contrarias dos. Unidad y dualidad se remiten mutuamente para existir. Otras sentencias que confirman esta “unidad dual” de lo real son: “Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, hambre y hartazgo…” o “El camino hacia arriba y hacia abajo es uno y el mismo”.

La metáfora que mejor explica su pensamiento es la del fuego: “Este universo no lo ha creado ningún dios ni ningún hombre, sino que fue, es y será como fuego siempre vivo, que se enciende según medida y se apaga según medida”. El fuego, aquí más simbólico que real, es uno, formado por llamas o contrarios que luchan. Es una realidad eterna que cambia siguiendo una medida (metron), una ley, un orden, una razón. 

En resumen, habría tres niveles relacionados en su concepción del mundo:

  1. El cambio y pluralidad captados por los sentidos (“el río”).
  2. Por debajo, la lucha de contrarios captada por la razón.
  3. Una unidad subyacente a los contrarios, también descubierta por la razón.

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

Shares