Cosmopolitismo

¿Que es el Cosmopolitismo?

cosmopolitismo, en teoría política, creencia de que todas las personas tienen derecho al mismo respeto y consideración, independientemente de su estatus de ciudadanía u otras afiliaciones.

El cosmopolitismo en la filosofía estoica

Entre los primeros defensores del cosmopolitismo se encontraban el cínico Diógenes y estoicos como Cicerón. Estos pensadores rechazaban la idea de que uno se definiera de forma importante por su ciudad de origen, como era típico de los varones griegos de la época. Más bien, insistían en que eran «ciudadanos del mundo».

Los filósofos estoicos se opusieron a la distinción tradicional (griega) entre griegos y bárbaros aplicándose a sí mismos el término cosmopolitas, dando a entender así que su polis, o ciudad-estado, era todo el cosmos, o el mundo entero. Alejandro Magno desalentó esa distinción permitiendo a sus generales casarse con mujeres nativas de las tierras que habían conquistado, pero su política encontró resistencia en el campo de batalla y conmoción en casa. Los estoicos (siglos IV-III a.C.) rompieron con la presunción griega de superioridad racial y lingüística y consideraron el nuevo cosmopolitismo desde una perspectiva filosófica.

Los griegos anteriores habían considerado que era un dictado de la propia naturaleza (o la providencia de Zeus) que la humanidad se hubiera dividido en griegos y bárbaros. Los estoicos sostenían, por el contrario, que todas las personas comparten una razón común y están sujetas al único logos divino y, por tanto, el verdadero sabio estoico no es ciudadano de ningún estado, sino del mundo entero.

Los estoicos posteriores pusieron en práctica esa idea haciendo hincapié en los actos de bondad incluso para con los enemigos derrotados y los esclavos. También se exhortaba a extender el característico amor estoico por uno mismo (oikeiōsis) en un círculo cada vez más amplio, desde uno mismo a la familia, a los amigos y, por último, a la humanidad en su conjunto. Muchos historiadores sostienen que este principio estoico contribuyó a preparar la aceptación del cristianismo, en el que, según el Apóstol San Pablo, no hay judío ni griego, libre ni esclavo, hombre ni mujer.

Epicteto, otro de los estoicos posteriores (siglos I-II de nuestra era), recordaba a sus seguidores que todos los hombres son hermanos por naturaleza y les exhortaba a recordar quiénes son y a quién gobiernan, pues también los gobernados son parientes, hermanos por naturaleza, y todos son hijos de Zeus.

Cosmopolitismo y comunidad mundial

La idea de los estoicos de ser ciudadano del mundo capta perfectamente los dos aspectos principales del cosmopolitismo, uno de los cuales es una tesis sobre la identidad y el otro una tesis sobre la responsabilidad. Como tesis sobre la identidad, ser cosmopolita implica ser una persona influida por diversas culturas. Dependiendo de las actitudes ante las diversas influencias, la palabra cosmopolitismo puede tener connotaciones negativas o positivas. Ha tenido connotaciones positivas cuando, por ejemplo, se ha considerado que una persona es mundana y viajada en lugar de estrecha de miras o provinciana. Ha tenido connotaciones negativas cuando se ha utilizado para estigmatizar a algunos grupos, incluidos los judíos, como una supuesta amenaza para la comunidad. El cosmopolitismo como tesis sobre la identidad también niega que la pertenencia a una comunidad cultural concreta sea necesaria para que un individuo prospere en el mundo. Según este punto de vista, pertenecer a una cultura concreta no es un ingrediente esencial en la formación o el mantenimiento de la propia identidad, y uno puede elegir entre una amplia gama de expresiones culturales o rechazarlas todas en favor de otras opciones no culturales.

Como tesis sobre la responsabilidad, el cosmopolitismo defiende la necesidad de reconocer la propia pertenencia a una comunidad global de seres humanos y actuar en consecuencia. Como tal, uno tiene responsabilidades hacia otros miembros de la comunidad global. Como sostiene la filósofa estadounidense Martha Nussbaum, uno debe lealtad «a la comunidad mundial de seres humanos», y esa afiliación debe constituir una lealtad primordial. Como tesis sobre la responsabilidad, el cosmopolitismo también guía al individuo fuera de las obligaciones locales y evita que esas obligaciones desplacen a las responsabilidades con otros lejanos. El cosmopolitismo pone de relieve las responsabilidades que uno tiene con las personas que no conoce. En consecuencia, desde una perspectiva cosmopolita, las fronteras de los Estados no hacen sino restringir el alcance de la justicia y son obstáculos irrelevantes para apreciar y actuar de acuerdo con las responsabilidades que uno tiene para con todos los miembros de la comunidad global.

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

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