Mejorar nuestra capacidad de pensamiento

El pensamiento crítico es una habilidad metacognitiva. Esto significa que es una habilidad cognitiva de alto nivel que implica pensar sobre el pensamiento. Tenemos que ser conscientes de los buenos principios del razonamiento y ser reflexivos sobre nuestro propio razonamiento. Además, a menudo tenemos que hacer un esfuerzo consciente para mejorarnos a nosotros mismos, evitar los prejuicios y mantener la objetividad. Esto es notoriamente difícil de hacer. Todos somos capaces de pensar, pero pensar bien suele requerir un largo periodo de entrenamiento. El dominio del pensamiento crítico es similar al dominio de muchas otras habilidades. Hay tres componentes importantes: la teoría, la práctica y la actitud.

Teoría

Si queremos pensar correctamente, tenemos que seguir las reglas correctas de razonamiento. El conocimiento de la teoría incluye el conocimiento de estas reglas. Son los principios básicos del pensamiento crítico, como las leyes de la lógica y los métodos de razonamiento científico, etc.

Además, sería útil saber algo sobre lo que no hay que hacer si queremos razonar correctamente. Esto significa que deberíamos tener algunos conocimientos básicos sobre los errores que comete la gente. En primer lugar, esto requiere un cierto conocimiento de las falacias típicas. En segundo lugar, los psicólogos han descubierto sesgos y limitaciones persistentes en el razonamiento humano. El conocimiento de estos hallazgos empíricos nos alertará de posibles problemas.

Practicar

Sin embargo, no basta con conocer los principios que distinguen el buen y el mal razonamiento. Podemos estudiar en el aula cómo nadar y aprender la teoría básica, como el hecho de que no se debe respirar bajo el agua. Pero a menos que podamos aplicar esos conocimientos teóricos mediante la práctica constante, es posible que no seamos capaces de nadar.

Del mismo modo, para ser buenos en las habilidades de pensamiento crítico es necesario interiorizar los principios teóricos para poder aplicarlos realmente en la vida diaria. Hay al menos dos maneras. Una es hacer muchos ejercicios de buena calidad. Los ejercicios no sólo incluyen ejercicios en las aulas y tutorías. También incluyen ejercicios en forma de discusiones y debates con otras personas en nuestra vida cotidiana. El otro método consiste en profundizar en los principios que hemos adquirido. En la mente humana, la memoria y la comprensión se adquieren haciendo conexiones entre ideas.

Actitudes

Una buena capacidad de pensamiento crítico no sólo requiere conocimientos y práctica. La práctica persistente sólo puede producir mejoras si se tiene la motivación y la actitud adecuadas. Las siguientes actitudes no son infrecuentes, pero son obstáculos para el pensamiento crítico:

  • Prefiero que me den las respuestas correctas en lugar de averiguarlas por mí mismo.
  • No me gusta pensar mucho en mis decisiones, ya que sólo confío en mis instintos.
  • No suelo revisar los errores que he cometido.
  • No me gusta que me critiquen.

Para mejorar nuestro pensamiento tenemos que reconocer que la importancia de reflexionar sobre las razones para creer y actuar. También debemos estar dispuestos a participar en el debate, romper viejos hábitos y enfrentarnos a complejidades lingüísticas y conceptos abstractos.

El Inventario de Disposición al Pensamiento Crítico de California es una prueba psicológica que se utiliza para medir si las personas están dispuestas a pensar de forma crítica. Mide siete hábitos de pensamiento diferentes que se enumeran a continuación, y es útil preguntarse hasta qué punto describen nuestra forma de pensar:

  1. Búsqueda de la verdad – ¿Intenta comprender cómo son las cosas realmente? ¿Está interesado en descubrir la verdad?
  2. Apertura de mente: ¿es usted receptivo a nuevas ideas, aunque intuitivamente no estén de acuerdo con usted? ¿Las escuchas de forma justa?
  3. Analidad – ¿Intentas comprender el porqué de las cosas? ¿Actúa impulsivamente o evalúa los pros y los contras de sus decisiones?
  4. Sistematicidad – ¿Es usted sistemático en su pensamiento? ¿Descompone un problema complejo en partes?
  5. Confianza en el razonamiento – ¿Siempre se remite a otras personas? ¿Qué grado de confianza tiene en su propio juicio? ¿Tiene razones para su confianza? ¿Tiene una forma de evaluar su propio pensamiento?
  6. Inquisición
  7. Madurez de juicio: ¿se apresura a sacar conclusiones? ¿Intenta ver las cosas desde diferentes perspectivas? ¿Tiene en cuenta las experiencias de otras personas?

Por último, como se ha mencionado anteriormente, los psicólogos han descubierto a lo largo de los años que el razonamiento humano puede verse fácilmente afectado por todo tipo de sesgos cognitivos. Por ejemplo, las personas tienden a confiar demasiado en sus capacidades y se centran demasiado en las pruebas que apoyan sus opiniones preexistentes. Debemos estar atentos a estos sesgos en nuestra actitud hacia nuestro propio pensamiento.

 

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

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