Un líder de Dios debe ser una persona considerada, amable, justa y compasiva, un ejemplo de todos los valores y principios que Dios promueve, para así motivar y desarrollar a aquellos que se ponen bajo su liderazgo.
Todos los líderes cristianos deben tener un profundo amor y respeto por Dios, así como una firme convicción en los principios bíblicos. Esto significa que deben estar comprometidos con la verdad por encima de todo y que deben estar constantemente buscando llevar a otros más cerca de Dios. Un líder de Dios debe guiar y enseñar ¿Qué significa ser un discípulo de Cristo? a aquellos a los que lleva, asegurándose de que no se aparten de los caminos de Dios.
Los líderes de Dios también deberían crear un ambiente de amor, respeto y apoyo entre aquellos que guían. Tienen que inspirar a sus seguidores y ayudarlos a creer y perseguir sus sueños y metas. Deben estar dispuestos a centrarse en el éxito y el bienestar de los demás, en lugar de su propio éxito. Un líder de Dios debe entender las inevitables dificultades de la vida y estar listo para ofrecer comprensión, ayuda y apoyo a sus seguidores.
Además, un líder de Dios debe practicar los principios divinos. Esto significa que deben vivir en paz con los demás, ser honestos, justos y amables. Deben guiar a otros con verdad y compasión, mostrando amor y compasión hacia aquellos a los que llevan. Los líderes cristianos también deben ser obedientes a Dios, alentar el discipulado, modelar la vida cristiana y predicar el mensaje de la Palabra de Dios.
El liderazgo cristiano es una llamada a servir a los demás con humildad y respeto. Un líder cristiano no debe usar su autoridad para congraciarse con los demás o para hacerse importante. Aquellos que buscan servir a Dios a través de su liderazgo deben ser conscientes de su responsabilidad de actuar de acuerdo con sus principios y valores..