Una de las habilidades más difíciles de desarrollar es definir nuestra propia filosofía personal. Después de todo, nuestra filosofía es cómo encaramos el mundo, como vemos el mundo y como nos relacionamos con él. Al definir una filosofía personal, estamos definiendo la manera en que tomamos decisiones, enfrentamos desafíos y vivimos nuestras vidas. Aunque el proceso de formar una filosofía puede parecer un poco amplio, hay muchas maneras de acercarse al proceso.
La primera forma de hacer una filosofía personal es identificar nuestras creencias profundas. Esto incluye nuestras creencias sobre Dios y religión, ética y moral, problemas mundiales, ética en el trabajo, motivación, metas y prosperidad. Después de identificar estas creencias, podemos profundizar en cómo cada unas de ellas afecta el resto de nuestra vida. Por ejemplo, ¿cómo mi creencia en Dios influye en mi trabajo? ¿Cómo mi ética en el trabajo incide en mi relación con otras personas, mi sistema de motivación, etc.?
Una vez que hemos determinado nuestras creencias profundas, podemos comenzar a formular una teoría sobre la forma en que nos relacionamos con los demás. Esto significa identificar la forma en que nos enfrentamos a la vida, cómo hacemos frente al desafío y cómo tomamos decisiones diarias. Esto proporcionará una base sólida para nuestra filosofía personal e influirá en cualquier cosa, desde la forma en que nos relacionamos con la gente a cómo dirigimos una reunión.
Una vez que hemos identificado nuestras creencias profundas y creado una teoría para nuestras relaciones con los demás, podemos profundizar aún más en la forma en que somos al crear principios de vida. Estos principios nos dan la motivación, ética y perspectivas necesarias para vivir la vida a nuestro mejor nivel y ayudar a nosotros mismos a tomar mejores decisiones. Pueden incluir principios como la honestidad, el respeto y la empatía. También sirven como un recordatorio para nosotros mismos acerca de la forma en que deseamos conducción nuestras vidas.
Una vez que todos estos elementos han sido identificados, podemos finalmente comenzar a formular nuestra propia filosofía personal. Esto significa identificar la forma en que deseamos aplicar nuestras creencias, teorías y principios a nuestra vida. Esto podría implicar abordar situaciones difíciles de maneras constructivas, buscar la armonía, el equilibrio y la satisfacción. También significa ser más consciente de las acciones que tomamos y de las repercusiones de estas acciones. Y, sobre todo, significa ser sincero con nosotros mismos acerca de cómo queremos vivir nuestras vidas.
En definitiva, formar una filosofía personal es un proceso importante que toma tiempo. Sin embargo, una vez que formemos nuestra filosofía personal, tendremos una base para tomar decisiones más fácilmente, encontrar el significado y la dirección en la vida, y tener una mejor relación con nosotros mismos y con los demás..