Los líderes nacen de una confluencia de varios factores comportamentales, personales y sociales. La mayoría de los líderes son personas con naturaleza visionaria, apasionada e intuitiva. Estas personas pueden empoderar a los demás con su presencia, compromiso y enfoque. Un buen líder tendrá la capacidad de ver más allá de la situación presente y articular los objetivos del equipo. Tienen la autonomía para hacer avanzar al equipo sin importar las resistencias o resistencias.
También hay algunas características que se pueden desarrollar y enriquecer dentro de la personalidad del líder. Estas características incluyen la integridad, la confianza en sí mismo, la autodeterminación y la comunicación. Estas cualidades les proporcionan una imagen de líder como alguien que sea confiable, honesto y decidido. Esto ayuda a inspirar a los demás y los motiva a seguir el camino que han marcado los líderes.
Además, los buenos líderes entienden la importancia de escuchar y trabajar con los recursos limitados que tienen. Esto les ayuda a establecer la visión de la organización y sugerir al equipo una estrategia para lograr sus objetivos. Los buenos líderes también poseen habilidades de compromiso, organización y optimismo que ayudan a las personas a trabajar hacia un objetivo común.
En resumen, los líderes nacen de una mezcla de factores, cualidades y habilidades. Estas cualidades son la confianza en sí mismo, autodeterminación, integridad, comunicación, compromiso, organización y optimismo. Estos factores trabajan juntos para guiar a un líder por el camino de liderazgo..