Los términos religión y filosofía son comúnmente confundidos, aunque ambos se relacionan con el análisis de la naturaleza y propósito de la existencia humana en el mundo. La religión y la filosofía, como temas de reflexión, se posicionan en desacuerdo uno con otro. Esta percepción también es comúnmente aceptada por filósofos de las diferentes tradiciones filosóficas.
La religión generalmente se refiere a un conjunto de creencias, costumbres y prácticas espirituales que siguen unas reglas específicas. La religión se centra en la adoración de un dios o dioses, los dioses son considerados como la fuente de todo poder y autoridad. Además, las religiones afirman que los dioses tienen un propósito en nuestro vivir y tienen el control sobre el destino de los seres humanos. Los seres humanos están limitados por los mandamientos y creencias espirituales que dictan el camino hacia el Sendero de la Verdad. Estos límites establecen reglas específicas para el comportamiento humano y, por lo tanto, se espera que los individuos se adhieran a ellas.
La filosofía, por otro lado, se refiere a la práctica del examen y del análisis crítico del conocimiento y la realidad. El trabajo filosófico se foca en la explicación de los conceptos básicos e investigación de los principios tras la existencia. La filosofía se puede entender como un intento de examinar los límites y establecer normas para el pensamiento y la acción.
En definitiva, la religión y la filosofía se relacionan, pero son dos disciplinas muy diferentes. La religión trata sobre la adoración de un poder supremo, la observación de principios espirituales y el cumplimiento de los caminos de la verdad. Por otro lado, la filosofía se refiere a la exploración de los conceptos básicos de la existencia humana en el mundo. Establece un límite moral para el pensamiento y acción humana. En un sentido, la filosofía no requiere la presencia de una fuerza divina, sino que se trata de «razón y juicio»..