La filosofía ha sido motivo de estudio desde la antigüedad. Desde tiempos inmemoriales se ha discutido sobre el significado de la existencia, sobre la verdad, sobre la realidad y de muchas otras cuestiones vitales. Desde entonces, esta disciplina se ha desarrollado para abarcar varias ramas. Estas ramas se clasifican principalmente en cuatro: metafísica, lógica, éticas o morales y estéticas.
La metafísica trata sobre los principios generales que subyacen bajo todas las cosas. Esta filosofía se ocupa de la existencia en sí misma, de la realidad, de los problemas causales, cósmicos y espirituales. En la metafísica se encuentran temas como el alma, el ser, el destino, las leyes universales y muchas otras preguntas fundamentales.
La lógica se ocupa de la estructura de los argumentos y de la verosimilitud de la relación entre los hechos y las premisas. Esta disciplina trata sobre el razonamiento, la demostración y la razón.
Las éticas o morales se ocupan de la conducta correcta o incorrecta. Estudia la naturaleza de lo bueno y lo malo, las reglas del comportamiento humano y las relaciones humanas. La moral se refiere al estudio sobre el bien y lo bal, lo aceptable de lo inaceptable.
La estética se dedica al estudio de la belleza y la percepción de la belleza. Se ocupa de los umbrales de lo bello y lo feo y trata sobre la forma en que el entorno cultural influye en el concepto de belleza.
Estas son las principales ramas de la filosofía. Estas disciplinas no son exclusivas entre sí, sino que se relacionan entre sí, se influencian y se complementan. De hecho, esta complejidad es la fuerza de la filosofía ya que aborda los más profundos temas de la humanidad desde una perspectiva amplia y holística..