El acto de filosofar, o reflexionar profundamente sobre temas básicos de la existencia, es algo que el hombre ha hecho desde tiempos antiguos. Preguntarse acerca de cuestiones fundamentales, como el significado de la vida, la naturaleza de la realidad, así como el propósito, el valor y el destino de la humanidad, es algo que nos conecta como especie, como somos todos capaces de entender estas preguntas y compartir nuestras opiniones con otros.
El proceso de la filosofía puede dotar a los individuos de un sentido de propósito y dirección, así como ayudarles a comprender mejor el mundo que los rodea. Cuando los seres humanos hacen la pregunta ‘¿Por qué?’ aún sin tener una respuesta concreta, se están abriendo a la posibilidad de encontrar respuestas que de otra forma nunca habrían descubierto. Esta curiosidad nos empuja a buscar nuevos conocimientos, desarrollar nuevas ideas innovadoras y explorar alternativas.
Filosofar también nos ayuda a controlar nuestros impulsos más básicos y aprender a tomar mejores decisiones. Esto se siente en el ámbito de la vida cotidiana: comenzamos a evaluar nuestras acciones para saber si estamos actuando bien, si estamos haciendo uso de nuestra energía al mejor nivel y si nuestras acciones promueven el bienestar colectivo. La filosofía nos ofrece un punto de vista amplio sobre la vida, ofreciéndonos una perspectiva para una mejor comprensión de nuestro lugar en el mundo.
Finalmente, reflexionar acerca de temas filosóficos también contribuye a nuestro sentido de conciencia como personas. Por ejemplo, cuando pensamos sobre el valor moral de nuestras acciones, también fortalecemos nuestra propia ética personal. Al comprender las limitaciones de nuestro conocimiento, también estamos abiertos al descubrimiento de vertientes de conocimiento que de otro modo no habríamos explorado.
En resumen, el hombre se pone a filosofar porque le permite alcanzar un mayor conocimiento, tomar mejores decisiones y alcanzar a través de sus reflexiones una auto-transformación personal. Cuando el hombre busca las respuestas a sus preguntas fundamentales, logra profundizar en su relación con el mundo que le rodea, obteniendo un sentido emocional profundo y significativo de unidad..
Escrito por: Gonzalo Jiménez
Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.
