El Alma en la Filosofía es un concepto que ha sido referido por numerosas corrientes filosóficas a lo largo de la historia. Para Platón y los neoplatónicos, el alma era un elemento independiente del cuerpo que sobrevivía al momento de la muerte. El alma se refería también a la capacidad innata de ver el significado más profundo de las cosas.
Para Aristóteles, el alma es la forma de un individuo, es decir, aquello que lo hace diferente de otros individuos. El alma era considerado como una entidad separada del cuerpo, siendo una entidad inmaterial que es la causa eficiente de la vida.
Para el estoicismo, el alma estaba compuesto por dos elementos: el logos eterno, que es la sabiduría divina a la que recurre el alma, y la materia tangible en el cuerpo. El concepto de alma era uno esencialmente lógico: para los Estoicos, el alma era el punto de encuentro entre la materia y el espíritu.
Los Epicúreos también reconocieron el alma, aunque se basó en una visión diferente. Los Epicúreos creían que el alma estaba compuesto por muchas partes, las personas poseían libertad para actuar en su propio interés y por tanto la responsabilidad de sus acciones.
Para los teólogos cristianos, el alma es la parte más esencial de una persona, la parte incorpórea sobreestimada que dictan la dirección de la vida. El alma se refería al lugar donde la voluntad humana entra en contacto con lo divino, donde la persona puede escuchar la voz de Dios y hacer las decisiones correctas en su vida.
En conclusión, el alma es un concepto filosófico de larga data, referido en gran medida para la teoría de la vida y el significado humano. Son muchas las escuelas de pensamiento y corrientes filosóficas que han tenido sus propias visiones sobre el alma..