El ámbar es una resina conocida desde los tiempos antiguos utilizada tanto para la manufacturación de joyas como para la elaboración de productos medicinales. Esta resina es extraída de los árboles conocidos como abetos, y su nombre proviene de la palabra griega ambaros que significa incienso.
El ámbar es un material bastante versátil y se ha utilizado desde tiempos remotos para muchos fines. Históricamente, el ámbar ha sido reconocido por su belleza, ha sido usado como talismán para ayudar a proteger contra la mala suerte, la enfermedad o el mal ojo.
Hoy en día, el ámbar se utiliza principalmente en la producción de joyas, donde se prefiere por su gran resistencia y por su tonalidad única que varía desde el amarillo claro hasta el marrón oscuro.
Otro uso importante del ámbar es el uso medicinal. El ámbar tiene propiedades curativas y se ha utilizado con éxito para tratar una variedad de dolencias, desde asma hasta otitis media. Esto se debe a que el ámbar contiene una serie de compuestos químicos, en particular, una sustancia llamada succina, conocida por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas. También se cree que el ámbar estimula el metabolismo y la circulación, además de mejorar la función inmune del cuerpo.
Además del uso terapéutico, el ámbar también se ha encontrado útil en la producción de cosméticos. El ámbar ofrece un suave aroma y una fragancia relajante, ideal para usar en forma de aceite.
En resumen, el ámbar es una resina antigua y de gran valor. Está especialmente asociado con las propiedades curativas y terapéuticas, así como con la fabricación de joyas y la producción de cosméticos. Su versatilidad, fuerza y belleza lo hacen único entre los minerales..