Platón fue uno de los filósofos más importantes de la antigüedad. Su pensamiento ha permeado la filosofía en profundidad e incluso se dice que marca el principio del período filosófico helénico. Aunque en sus obras se discuten varios temas, el pensamiento de Platón es famoso por la insistencia en la existencia de una realidad objetiva, independiente de nuestra percepción de ella. Esto es uno de los muchos enseñanzas que podemos extraer de sus obras.
Platón fue conocido por su teoría de las ideas. Según esta teoría, existen ideas universales como la belleza, la justicia y la verdad que son inmutables e independientes de la apreciación o interpretación del individuo. Estas ideas se encuentran en lo que él denominaba «una naturaleza de los números»: un nivel de realidad donde se encuentran todos los conceptos humanos, separados de su instantánea aplicación. En esta teoría, los objetos tangible que conocemos carecen de verdadera realidad a medias: para tener realidad, deben ser capaces de cumplir con estas ideas.
Cercano a su teoría de las ideas, estaba la teoría de los tres elementos, que afirmaba que todos los objetos existen a partir de tres elementos principales, y que los caracteres de los objetos dependen de la proporción correcta de estos elementos. Esta teoría es parte esencial de su enfoque del conocimiento: para Platón, es importante percibir las cosas desde una perspectiva universal y profunda, no simplemente según la apariencia. Esta teoría también subraya la importancia de buscar la verdadera esencia, o el núcleo, de la realidad.
Los argumentos de Platón evolucionaron a lo largo de su vida y se alcanzaron verdaderos auge en la República, su obra maestra. En esta obra, describe la justicia como un estado de armonía entre las partes de la alma humana, los deseos, el pensamiento y la razón. Aquí, Platón exalta valores como el racionalismo, el conocimiento, la justicia y la armonía indefinible.
En resumen, lo que nos enseña Platón es que la verdadera realidad existe más allá de nuestra percepción individual y de la materia misma. Los conceptos subyacentes, como la justicia, la armonía e incluso el conocimiento, son invariables e independientes de nuestro entendimiento en un momento dado. Esto es lo que Platón nos enseña a través de su filosofía..