El número 3 ha sido venerado desde tiempos inmemoriales, y es un elemento importante de la creencia de los Pitagóricos. Para esta comunidad antigua de filósofos, matemáticos, astrónomos y músicos, el número 3 era un símbolo sagrado y profundamente significativo.
Es importante entender que la cultura Pitagórica veía el universo como fragmentos numéricos y geométricos. El tríada, la unión de los números 1, 2 y 3, fue un tema comúnmente discutido y estudiado dentro de sus enseñanzas. Esta unión de números era vista como base fundamental de la armonía y proporción en los cielos y la Tierra.
Para los Pitagóricos, el número 3 fue una representación de la trinidad de virtudes – sabiduría, valentía y justicia. Además, para esta comunidad, el 3 representaba un principio monoteísta, ya que abarcó tres posibles poderes – la creación, el desarrollo y el mantenimiento. Estas tres formas de energía fueron vistas como interdependientes entre sí.
En la aritmética Pitagórica, el número 3 era parte de la teoría de los Tetraktys. Esta se basaba en una propiedad especial de la suma de los primeros cuatro números enteros y el esquema de creación de los primeros 10 números. El resultado fue 10, la última unidad que expresa el completamiento. Para los Pitagóricos, la adoración del número 3 fue una forma de mostrar reverencia por este proceso de creación.
En la mitología griega, el número 3 también se relacionaba con el trío de dioses principales: Zeus, Poseidón y Hades. Esto reflejaba y aumentaba la importancia y significado del número 3 para los Pitagóricos.
En definitiva, el número 3 siempre será un símbolo importante para los Pitagóricos. Fue creado para mostrar su profundo respeto por el orden y la armonía en el universo. Así, la presencia de este número siempre ha sido un recordatorio de la fuerza creadora divina y el significado espiritual que representa..