Absolutismo Moral

¿Qué es el Absolutismo Moral?

El absolutismo moral es la creencia ética de que existen normas absolutas con las que se pueden juzgar las cuestiones morales, y que ciertas acciones son correctas o incorrectas, independientemente del contexto del acto. Por lo tanto, las acciones son intrínsecamente morales o inmorales, independientemente de las creencias y los objetivos del individuo, la sociedad o la cultura que las lleva a cabo. Sostiene que la moral es inherente a las leyes del universo, la naturaleza de la humanidad, la voluntad de Dios o alguna otra fuente fundamental.

Es lo contrario del Relativismo Moral, la posición según la cual las proposiciones morales no reflejan verdades morales objetivas y/o universales, sino que hacen afirmaciones relativas a las circunstancias sociales, culturales, históricas o personales. Está relacionado, aunque no es lo mismo, con el Realismo Moral (la posición de que ciertos actos son objetivamente correctos o incorrectos, independientemente de la opinión humana), y con el Universalismo Moral (la posición de que hay una ética universal que se aplica a todas las personas, independientemente de la cultura, la raza, el sexo, la religión, la nacionalidad, la sexualidad u otra característica distintiva).

Los antiguos filósofos griegos Platón y Aristóteles creían en una especie de Absolutismo o Universalismo, oponiéndose al Relativismo Moral de los Sofistas. Immanuel Kant fue un destacado promotor del Absolutismo Moral, y su formulación de la teoría deontológica del Imperativo Categórico era esencialmente absolutista por naturaleza. El Absolutismo Moral ha sido favorecido históricamente en gran medida porque hace que la creación de leyes y el mantenimiento del sistema judicial sean mucho más sencillos, y se manifestó en conceptos anticuados como el Derecho Divino de los Reyes.

Muchas religiones tienen posiciones moralmente absolutistas, y consideran que su sistema de moralidad ha sido establecido por una deidad, y por tanto es absoluto, perfecto e inmutable. Muchos cristianos consideran que la teología cristiana enseña una jerarquía de absolutos morales conocida como absolutismo graduado, en el que, en caso de conflicto entre dos absolutos, el deber de obedecer al más alto (Dios) exime del deber para con los más bajos (otros seres humanos o, aún más bajo, la propiedad). La teoría del mandato divino es una teoría metaética absolutista según la cual un acto es obligatorio si (y sólo si) lo ordena Dios (Guillermo de Ockham sostenía que si Dios hubiera ordenado el asesinato, entonces el asesinato sí habría sido moralmente obligatorio).

A veces, el Absolutismo Moral puede significar la posición más extrema de que las acciones son morales o inmorales incluso sin tener en cuenta las circunstancias en las que se producen (por ejemplo, mentir es siempre inmoral, incluso si se hace para promover algún otro bien, como salvar una vida). En esta forma, puede contrastarse con el consecuencialismo (en el que una acción moralmente correcta es aquella que produce una buena consecuencia o resultado, independientemente de las intenciones).

Críticas al absolutismo moral

Una de las principales críticas al Absolutismo Moral se refiere a cómo llegamos a saber cuál es la moral absoluta. Para que la moral sea realmente absoluta, tendría que tener una fuente, una interpretación y una autoridad universalmente incuestionables, lo que, según los críticos, es imposible.

Otra de las críticas más evidentes es la enorme diversidad de opiniones morales que existe entre las sociedades (e incluso dentro de ellas) en el mundo actual, lo que sugiere que no puede haber una única moral verdadera.

Un consecuencialista sostendría que no puede ser correcto que un absolutista moral no esté dispuesto a matar a un hombre para evitar la muerte de muchos otros, aunque esto sería un ejemplo bastante extremo y dogmático de absolutismo moral.

 

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

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