El Realismo Moral

¿Qué es el Realismo Moral?

El realismo moral (o el objetivismo moral) es el punto de vista meta-ético (véase la sección sobre Ética) de que existen hechos morales y valores morales, y que éstos son objetivos e independientes de nuestra percepción de los mismos o de nuestras creencias, sentimientos u otras actitudes hacia ellos. Por tanto, los juicios morales describen hechos morales, que son tan ciertos a su manera como los hechos matemáticos.

Es un punto de vista cognitivista en el sentido de que sostiene que las oraciones éticas expresan proposiciones válidas (y son, por tanto, «aptas para la verdad», es decir, que pueden ser verdaderas o falsas), y que describen el estado del mundo real. Contrasta con varios tipos de antirrealismo moral, como las teorías no cognitivistas o expresivistas del juicio moral, las teorías del error, las teorías ficcionalistas y las teorías constructivistas o relativistas.

El Realismo Moral tiene la ventaja de que supuestamente permite aplicar directamente las reglas ordinarias de la lógica a los enunciados morales, (de modo que podemos decir, por ejemplo, que una creencia moral es falsa o injustificada o contradictoria del mismo modo que lo haríamos con una creencia fáctica). También permite la resolución de desacuerdos morales, porque si dos creencias morales se contradicen, el realismo moral (a diferencia de otros sistemas metaéticos) dice que no pueden ser ambas correctas y, por tanto, debe haber alguna forma de resolver la situación.

Los críticos han argumentado que, aunque el realismo moral puede explicar cómo resolver los conflictos morales, no puede explicar cómo surgieron estos conflictos en primer lugar. Otros han argumentado que el realismo moral postula una especie de «hecho moral» que no es material ni observable (del mismo modo que los hechos materiales objetivos son observables) y que, por tanto, no es accesible al método científico.

Platón y (posiblemente) Immanuel Kant y Karl Marx fueron realistas morales, así como filósofos más contemporáneos como G. E. Moore y Ayn Rand (1905 – 1982).

Tipos de realismo moral

Existen dos variantes principales:

Naturalismo ético

Esta doctrina sostiene que hay propiedades morales objetivas de las que tenemos conocimiento empírico, pero que estas propiedades son reducibles a propiedades totalmente no éticas. Asume el cognitivismo (la opinión de que las oraciones éticas expresan proposiciones y, por tanto, pueden ser verdaderas o falsas), y que los significados de estas oraciones éticas pueden expresarse como propiedades naturales sin el uso de términos éticos.

El no naturalismo ético

Esta doctrina (cuyo principal apologista es G. E. Moore) sostiene que los enunciados éticos expresan proposiciones (en ese sentido también es cognitivista) que no pueden reducirse a enunciados no éticos (por ejemplo, la «bondad» es indefinible en el sentido de que no puede definirse en ningún otro término). Moore afirmó que se comete una falacia naturalista cuando se intenta demostrar una afirmación sobre la ética apelando a una definición en términos de una o más propiedades naturales (por ejemplo, «bueno» no puede definirse en términos de «agradable», «más evolucionado», «deseado», etc.).

El intuicionismo ético es una variante del no naturalismo ético que afirma que a veces tenemos conciencia intuitiva de las propiedades morales o de las verdades morales.

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

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