El Pesimismo

¿Qué es el Pesimismo?

Pesimismo, actitud de desesperanza ante la vida y la existencia, unida a una vaga opinión general de que el dolor y el mal predominan en el mundo. Deriva del latín pessimus («lo peor»). El pesimismo es la antítesis del optimismo, una actitud de esperanza general, unida a la opinión de que existe un equilibrio de bien y placer en el mundo. Sin embargo, describir una actitud como pesimista no significa que no implique esperanza alguna. Puede situar sus objetos de esperanza y de valoración en una región más allá de la experiencia y la existencia ordinarias. También puede dirigir dicha esperanza y valoración a la completa cesación y anulación de la existencia.

El pesimismo no sistemático es un reflejo de las circunstancias materiales, de la salud corporal o del temperamento general. Se expresa característicamente en el lenguaje del Eclesiastés de que «todo es vanidad». Hay, sin embargo, formas sistemáticas de pesimismo, tanto filosóficas como religiosas. La visión órfico-pitagórica del mundo era de un pesimismo matizado, considerándose la existencia carnal como una penitencia periódica a la que se somete el alma impura o culpable hasta que por fin puede liberarse del «ciclo del devenir» mediante la purificación ceremonial o la contemplación filosófica. Este mismo pesimismo cualificado respecto a la existencia y la experiencia carnales se encuentra en el platonismo, para el cual las cosas de este mundo se desvían necesariamente de sus ejemplares ideales y no llegan a alcanzarlos. En el Fedón de Platón, las tendencias y experiencias carnales sólo representan obstáculos en la realización de actividades que se llevarán a cabo plenamente después de la muerte. El pesimismo oriental (de tipo cualificado) puede ilustrarse en el budismo, donde se considera que toda existencia personal consciente implica dolor o enfermedad, donde la causa de dicha enfermedad reside en el esfuerzo o deseo personal, y donde la valoración positiva se dirige a una consumación (nirvana), que implica el cese del esfuerzo y de la existencia personal consciente. Está representado de forma similar en las principales corrientes del pensamiento hindú, con la tesis adicional de que el mundo no sólo es doloroso y malo, sino también ilusorio. Un pesimismo matizado es profundamente característico del cristianismo, donde la Tierra es un mundo caído, en el que la razón y la voluntad humanas están corrompidas, y donde sólo mediante una acción redentora que venga de más allá del mundo y se realice en otro orden podrán rectificarse tales males.

El pesimismo filosófico fue fuerte en el siglo XIX y estuvo representado en los sistemas de Arthur Schopenhauer y Karl Robert Eduard von Hartmann. Schopenhauer presentó una síntesis del kantianismo y el budismo, identificando la cosa-en-sí kantiana con una voluntad irracional ciega detrás de los fenómenos; el mundo, al ser la manifestación de tal voluntad infeliz, debe ser infeliz en sí mismo. En la primera mitad del siglo XX, la filosofía crítica tendió a evitar toda la cuestión del optimismo frente al pesimismo; al sentirse incapaces de hacer muchas afirmaciones generales sobre el mundo, los filósofos se mostraron especialmente reacios a hacer valoraciones generales sobre su bondad o maldad. Un pesimismo matizado respecto al mundo y a la naturaleza humana era, sin embargo, característico de varios sistemas teológicos (por ejemplo, las teologías de Karl Barth, Emil Brunner y los neocalvinistas holandeses Herman Dooyeweerd y D.H.T. Vollenhoven). Quizás el sistema pesimista más intransigente que se haya desarrollado jamás sea el del filósofo existencialista Martin Heidegger, para quien la muerte, la nada y la ansiedad eran temas centrales de interés y para quien el acto más elevado posible de la libertad humana era llegar a un acuerdo con la muerte.

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

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