Parménides – Diálogo de Platón

Resumen del Diálogo de Platón Parménides

El Parménides de Platón consiste en un examen crítico de la teoría de las formas, un conjunto de doctrinas metafísicas y epistemológicas articuladas y defendidas por el personaje de Sócrates en los diálogos del periodo medio de Platón (principalmente Fedón, República II-X, Simposio). Según esta teoría, existe una forma única, eterna, inmutable, indivisible y no sensible que corresponde a cada predicado o propiedad. La función teórica de estas formas es explicar por qué las cosas (en particular, las cosas sensibles) tienen las propiedades que tienen. Así, es en virtud de estar de alguna manera relacionada con (es decir, participando en, o participando de) la forma de la belleza que las cosas bellas (distintas de la belleza) son bellas, es en virtud de participar de la forma de la grandeza que las cosas grandes son grandes, y así sucesivamente. En esta teoría es fundamental la afirmación de que las formas están separadas (al menos en el sentido de no ser idénticas) de las cosas que participan de ellas.

En la metafísica de su período medio, Platón no proporciona una teoría de la naturaleza de la relación de participación. Pero en el Parménides, Platón considera dos relatos de la relación de participación. Según el primer «modelo de la tarta», que X participe de Y es que la totalidad o una parte de Y esté en X (como parte de X). En la primera parte del diálogo, Platón expone las razones por las que considera que la teoría de las formas es incoherente desde el punto de vista de la participación.

Inmediatamente después de estas críticas, Platón describe un método general de formación destinado a salvar las formas. El método consiste en una serie de ocho Deducciones (con un Apéndice a las dos primeras) que se centran en las consecuencias que pueden derivarse de plantear el ser de una forma particular y las consecuencias que pueden derivarse de plantear el no ser de esa forma.

En la segunda parte del diálogo, Platón instala este método, tomando como ejemplo la forma, el uno. Platón muestra, en particular, que tanto si el uno es como si no es, el uno (y también las cosas distintas del uno: los otros) no tienen ninguna de una serie de pares de propiedades contrarias (entero/dividido, en movimiento/en reposo, igual/diferente, semejante/desemejante, igual/desigual, mayor/menor). Platón muestra también que, tanto si el uno es como si no es, el uno (y también los otros) tienen (o, al menos, parecen tener) todas estas propiedades contrarias.

 

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

Shares