Análisis Filosófico de American Beauty

American Beauty - Sam Mendes foto peliculas

American Beauty, o la filosofía del aburrimiento

American Beauty, una película filosófica, puede analizarse como un retrato vitriólico de la América de los años 2000, una América cuyo aburrimiento es tan grande como su prosperidad. La tesis del director, Sam Mendes, es que el llamado sueño americano, ese modo de vida aséptico y consumista, extingue la subjetividad y su potencial creativo. Lester, el protagonista, buscará así desprenderse de la trampa de la clase media, del hombre medio en el que se ha convertido («hombre medio» del que habla Sartre en sus Cuadernos para una moral).

Resumen de la película:

Lester Burnham, a sus cuarenta años, está atrapado en un matrimonio sin sentido y sin placer. Su hija le odia y su trabajo es tan aburrido como sus veladas familiares. Lester es un hombre que se está perdiendo la vida, pero va a intentar decir «no» a este aburrido destino que le ofrece el American way of life. Para ello, deja su trabajo, busca renovar su matrimonio, su propio aspecto (hace ejercicio) y mejorar la relación con su hija, y por último, desarrolla una pasión desenfrenada por una joven adolescente (Angela), amiga de su hija…

Análisis:

Seguramente Sam Mendes ha leído el Pot-Bouille de Zola, hasta el punto de que el mecanismo narrativo que funciona en American Beauty es idéntico: el hiato entre la apariencia, la de la opulencia y la felicidad, y el ser, el de la miseria emocional, el de la violencia mortal y la cruda indiferencia. Esta dialéctica entre lo interno y lo externo, la forma y el fondo, el aparecer y el ser, remite a la concepción de una sociedad inauténtica, en la que las relaciones (sociales y familiares) están condenadas al fracaso. Cada uno de los personajes, totalmente hastiado, persigue patéticamente su búsqueda:

Carolyn, la esposa de Lester, toma una amante cuyo éxito es más brillante que el de su marido;
Su hija, una adolescente inteligente y compleja, presenta el punto de vista más lúcido sobre la situación general, prueba del desencanto de su generación (su novio estará lejos de ser el yerno ideal: bizarro y saliendo de un hospital psiquiátrico, provocando la histeria de su madre tanto como la desconfianza de su padre). Ella traduce inmediatamente lo que a los demás personajes les cuesta ver: la mentira del sueño americano.
La alienación también está en el centro de la tesis de la película: los personajes están encerrados en una rutina, reflejada en la disciplina casi militar impuesta por la mujer de Lester. La ropa de Jane y su actitud retraída también refuerzan esta idea. El sujeto moderno es, pues, un sujeto alienado, enajenado por la imagen que quiere proyectar de sí mismo (véase la persecución histérica de la mujer de Lester, o el propio Lester queriendo «estar bien desnudo» y ejercitándose para ello, o Ángela que interpreta el personaje de una seductora lejos de lo que realmente es).

Ante el aburrimiento y la angustia existencial, ¿qué otra opción tiene el sujeto moderno? Escapada estética. En efecto, Mendes parece hacer de la pasión y de los sueños la verdadera realidad a afirmar para el sujeto. Pero la forma en que lo hace, a través de una patética y estéril pasión hombre de mediana edad/niña adolescente, parece indicar que incluso este intento está condenado al fracaso: Lester no conseguirá sus fines con Angela. Al final, sólo su propia muerte libera a Lester del vacío de su existencia. Lester, cuyo nombre de pila indica un personaje empantanado en la vida cotidiana, conseguirá «desahogarse».

Esto me recuerda el poema «Clown» de Henri Michaux:

«Un día.

Algún día, quizás pronto.

Un día arrancaré el ancla que mantiene mi barco lejos del mar.

Con la clase de valor que se necesita para no ser nada y nada más que nada.

Conclusión sobre la película American Beauty:

Resulta sorprendente que esta película haya tenido un éxito popular, tan dominante es el ritmo lento de la puesta en escena, la complejidad de sus temas y el pesimismo de su análisis. Película existencial, American Beauty recuerda a la primera novela existencialista de Sartre, La náusea: Roquentin, como Lester, buscará en vano superar su asco existencial en la experiencia estética …

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

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