Eternal Sunshine y la filosofía del olvido

Eternal Sunshine y la filosofía del olvido - foto pelicula

«En la más pequeña como en la más grande felicidad, hay algo que hace que la felicidad sea una felicidad: la posibilidad de olvidar, o para decirlo en términos más cultos, la facultad de sentir las cosas, mientras la felicidad dure, fuera de cualquier perspectiva histórica. El hombre que no es capaz de sentarse en el umbral del momento y olvidar todos los acontecimientos del pasado, el hombre que no puede, sin vértigo y miedo, mantenerse erguido por un momento como una victoria, nunca sabrá lo que es la felicidad y, lo que es peor, nunca hará nada para dar felicidad a los demás. Imaginemos un ejemplo extremo: un hombre incapaz de olvidar nada y condenado a no ver más que un devenir por todas partes; no creería en su propia existencia, ya no creería en sí mismo, vería todo disolverse en una infinidad de puntos en movimiento y acabaría perdiéndose en este torrente de devenir. Finalmente, como verdadero discípulo de Heráclito, no se atrevería a mover ni un dedo. Toda acción requiere el olvido, al igual que la vida de los seres orgánicos requiere no sólo la luz sino también la oscuridad. Un hombre que sólo quisiera sentir las cosas históricamente sería como el hombre que se viera obligado a abstenerse de dormir o el animal que tuviera que vivir sólo rumiando y rumiando sin parar. Así que es posible vivir casi sin memoria y vivir felizmente, como demuestra el animal, pero sigue siendo imposible vivir sin olvidar. O, más sencillamente, hay un grado de insomnio, de rumia, de sentido, de historia que daña lo vivo y acaba por destruirlo, ya sea un hombre, un pueblo o una civilización.»

Este fragmento de Nietzsche, extraído de las Consideraciones Inactuales, ilustra la tesis y el objetivo principal de la magnífica película El sol eterno de la mente sin mancha: frente a Locke, que hacía de la memoria la base de la identidad y, por tanto, de la estabilidad del individuo, El sol eterno juega con la tesis de Nietzsche según la cual el olvido condiciona la felicidad y es, por tanto, vital para el hombre porque la memoria, y como corolario, los recuerdos que acumula, pesan sobre el hombre y paralizan su acción. La amnesia se presenta como una ligereza, una fuente de creatividad y libertad. Por el contrario, la hipermnesia (la incapacidad de olvidar) sería pura retención, pura nostalgia. Mientras que fuera del tiempo, nos dice Nietzsche, el hombre se arranca de su historicidad, saborea el puro presente, conquista y siente su libertad.

Así, más allá de la película de anticipación tecnológica (manipulación de la memoria y los recuerdos), Michel Gondry nos ofrece un análisis filosófico sobre el tiempo y el hombre, la memoria y el olvido.

Resumen y análisis de la película Eternal Sunshine of the Spotless Mind

Dirigida por Michel Gondry y estrenada en 2004, Eternal Sunshine of Spotless Mind cuenta la historia de una pareja «infernal», es decir, incapaz de amar o separarse por igual. Joel (Jim Carrey) y Clementine (Kate Winslet), los protagonistas, llevan varios años enfrentados. Para detener el dolor, Clementine decide borrar de su memoria todo rastro de su relación. Devastado, Joel se pone en contacto con el inventor de este método de borrado, el Dr. Howard Mierzwiak, y le pide que borre todos los recuerdos relacionados con Clementine. Una vez que ambos se han borrado, se reencuentran, se enamoran, se abandonan y se borran. Y así sucesivamente.

Clementine es una criatura de la espontaneidad. Está en constante evolución: basta con ver la versatilidad de su color de pelo (rojo, naranja, azul, verde). Caprichosa, malhumorada y apasionada, vive según el principio del placer y no soporta la vida cotidiana ni la frustración.

Joel es todo lo contrario a Clementine. Socialmente torpe, neurasténico, Joel ha integrado demasiado bien el principio de realidad, tanto que se olvida de soñar.

La película muestra los recuerdos de su relación mientras Joel está en proceso de borrarlos con la ayuda de un asistente médico. Durante este proceso, Joel se ve obligado a revivir estos recuerdos, y es entonces cuando se da cuenta de que no quiere borrar a Clementine de su memoria. La película cuenta así la historia de la búsqueda de Joel de sus recuerdos.

La habilidad formal de la película consiste en ahogar al espectador en la temporalidad: nunca sabemos realmente en qué época se desarrolla una determinada escena. Experimentan, una y otra vez, la misma situación de partida: se aman, se desvanecen y se vuelven a amar.

Este tema remite de nuevo a Nietzsche, y más concretamente al tema del Eterno Retorno. Esta teoría del eterno retorno, que Nietzsche heredó de los estoicos, es un experimento mental que consiste en preguntarnos, antes de actuar, si haríamos la misma elección para la eternidad. En definitiva, preguntarse: lo que quiero hoy, ¿puedo quererlo para siempre? Nietzsche hace de esta pregunta un criterio de grandeza de acción y de nobleza para el hombre que puede responder «sí» a esta pregunta. Ahora, los dos personajes se colocan en esta situación de recurrencia, de retorno de lo mismo, y aceptan cada vez revivir su elección. No aprenden nada, no aprenden de sus experiencias y sufrimientos, a la manera de los amnésicos. Eligen la intensidad de la vida en lugar de una sabiduría aburrida con la que no saben qué hacer. Se puede decir que Joel y Clementine son personajes nietzscheanos porque son puro devenir, trascendencia del sufrimiento, en definitiva pura afirmación de la vida.

 

Escrito por: Gonzalo Jiménez

Licenciado en Filosofía en la Universidad de Granada (UGR), con Máster en Filosofía Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Desde 2015, se ha desempeñado como docente universitario y como colaborador en diversas publicaciones Académicas, con artículos y ensayos. Es aficionado a la lectura de textos antiguos y le gustan las películas y los gatos.

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