¿Qué es el Eclecticismo?

Eclecticismo, (del griego eklektikos, «selectivo»), en filosofía y teología, la práctica de seleccionar doctrinas de diferentes sistemas de pensamiento sin adoptar todo el sistema matriz para cada doctrina. Se distingue del sincretismo -el intento de reconciliar o combinar sistemas- en la medida en que deja sin resolver las contradicciones entre ellos. En la esfera del pensamiento abstracto, el eclecticismo se presta a la objeción de que, en la medida en que se supone que cada sistema es un todo del que forman parte integrante sus diversas doctrinas, la yuxtaposición arbitraria de doctrinas de sistemas diferentes entraña el riesgo de una incoherencia fundamental. Sin embargo, en la práctica, el espíritu ecléctico tiene mucho que ofrecer.

Un filósofo, al igual que un estadista, puede ser ecléctico no por principio, sino porque percibe el mérito intrínseco de doctrinas que han sido propuestas por partidos opuestos. Esta tendencia es naturalmente más apta para manifestarse cuando los sistemas establecidos pierden su novedad o revelan sus defectos a medida que se producen cambios en las circunstancias históricas o en el conocimiento científico. Desde principios del siglo II a.C., por ejemplo, una serie de filósofos que profesaban pertenecer a escuelas establecidas desde hacía mucho tiempo -la Academia griega, los peripatéticos o los estoicos- estaban dispuestos a adoptar opiniones de otras escuelas; y los filósofos romanos, en particular, para quienes todas las filosofías griegas eran iluminadoras, evitaban a menudo compromisos partidistas rígidos, que incluso los propios griegos estaban abandonando. (Cicerón era el ecléctico por excelencia.) Es a todas luces inútil agrupar a los numerosos eclécticos antiguos como si formaran una escuela ecléctica. Sin embargo, en la Francia del siglo XIX, Victor Cousin, partidario de la metafísica escocesa, adoptó el nombre de éclectisme para designar su propio sistema filosófico.